Dejarse llevar por la magia de su nombre, “La Bella Desconocida” para adentrarse en alguno de los misterios que se cobijan entre sus muros y sentirse fascinado por una cascada de datos que la historia revela en cada uno de ellos.
Desde uno de los puentes más emblemáticos de la ciudad y romano de nacimiento, el conocido como “Puentecillas”, nos encontramos con la puerta principal de la Catedral de Palencia llamada de “San Antolín”.
Traspasando su umbral y bajo su excepcional trascoro, enfrentado al triforio desde el que se contempla en una magnifica vista el imponente interior de la Seo Vacea, descubrimos a sus pies la magnifica escalera de estilo plateresco que da acceso a la Cripta de San Antolín y en la que podemos contemplar figuras de temática animal cómo águilas, caballos, delfines y leones, decoración vegetal así como también rostros humanos y de forma destacada el escudo de quién fué protector, morador y mecenas de tan solemne templo, el Obispo Fonseca.
Descendiendo hacia la Cripta nos topamos con una reja del siglo XVI, cuya cresta está decorada en hierro policromado en la que se representa una imagen de San Antolín en su parte central, y a sus laterales, una imagen del Rey Sancho III el Mayor de Navarra y un jabalí.
Dentro ya de la Cripta nos posicionamos bajo una bonita bóveda, con casetones decorados interiormente con una estrella marina. A ambos laterales de la bóveda destacan en piedra una especie de “paños” en los que se representan entre ellos el Martirio de San Antolín y la Leyenda del mismo San Antolín, el Rey Sancho y el jabalí.
Ésta leyenda relata la historia de la cacería de la que estaba formando parte el rey Sancho III por estas tierras palentinas, en el bosque situado al otro lado del río y en la que iba persiguiendo a un jabalí. El animal en su huida se escondió entre unos arbustos que ocultaban la entrada a una especie de cueva y el rey en su persecución, también entró en ella;
Cuando Sancho III se disponía a abatir al jabalí con su “venablo” (lanza corta cuya punta tiene forma de hoja de laurel),en ese momento, notó paralizado el brazo y pudo ver como una especie de aparición la imagen de San Antolín. Arrepentido de querer cazar al jabalí en lo que pensó territorio sagrado, perdonó la vida al animal y prometió levantar una iglesia en honor al Santo en ese mismo lugar. Inmediatamente recuperó la movilidad del brazo y su promesa fué cumplida.
“La Cueva” que sirvió de refugio al jabalí, es un templo visigótico del siglo VII (año 672) que se construyó sobre otro antiguo templo de origen romano del siglo IV. El que mandó edificar el Rey es de estilo prerrománico asturiano, y se erigió en el año 1034.
En el templo prerrománico, en un segundo tramo, nos encontramos con un pozo utilizado por los palentinos para saciar su sed, y en el que se sumergían las reliquias del Santo el día de su festividad para bendecir el agua del pozo y ser ofrecida a todos los que allí se congregaban.
Actualmente ya no se hace, pero siguiendo esta tradición antiquísima se continúa ofreciendo el agua a todos los palentinos y visitantes que se acercan a la Cripta ese día, y podemos señalar como curiosidad que en alguna ocasión se dio vino.
Palencia, podemos considerar que tiene un gran privilegio, ya que podríamos decir que cuenta con tres catedrales: una Prerrománica, otra Visigótica y la que se puede disfrutar actualmente portadora de distintos estilos.
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"La Cueva" Templo Visigótico sobre el de origen Romano |
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San Antolín |
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Pila Románica sobre el Pozo donde se bendecían las Reliquias |
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Detalle de la Escalera de Estilo Plateresco |
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Caballos Conjunto escultórico Escalera de bajada a la Cripta |
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Marca de Cantería del Taller de la Catedral |
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