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ENTRE PEQUEÑOS DETALLES ...

Desgranar historias que guardan, tanto los descubrimientos sobre las maravillas halladas por la provincia como los encuentros por lugares emblemáticos de la capital por su historia y su arte, ese que se atesora al cobijo de serenos refugios de conocimiento y cuidados con esmero, hace necesario mantener atención consciente de esas historias, para captar el máximo de cada dato escuchado, de cada imagen expuesta y de cada detalle revelado de todos y tantos como hay.

Y es de estos detalles, de una forma casi por sorpresa, a los que se presta una atención infrecuente por lo inusual de su presencia, por la curiosidad instantánea que suscita el interés por peculiaridades ó por algo que desde su inherente normalidad pasando desapercibido, adquiere ese mismo adjetivo.

Descubrirlos se me antoja como poco singular, aunque su “añadido” en cualquiera de los elementos en los que aparece, haga todo si cabe más verosímil, como los descubiertos días atrás y los cuales quedan protegidos bajo el techo de un gran edificio, el que acoge el Palacio Provincial de Palencia, emplazamiento de la actual Diputación de la ciudad. 

Siguiendo esta premisa y sirviendo de ejemplo, las curiosidades detalladas que  encontramos atrapadas en anécdotas como las que guardan los cuarteles que disponen el escudo provincial, señalando los antiguos partidos judiciales en los que se dividía Palencia y flanqueados por la divisa a ambos lados de “ARMAS Y CIENCIA”. Armas, por el valor que demostraron las huestes castellanas provenientes de estas tierras que combatieron tan victoriosamente en la “Batalla de Las Navas de Tolosa” allá por 1212  y Ciencia, como distintivo de la creación de la 1ª Universidad de España en tiempos de Alfonso VIII de Castilla entre 1208 y 1212; la curiosidad de esta Universidad se debe a la obstinación del por allá entonces Obispo de Palencia Tello Téllez porque se estableciera en su tierra.

División de los cuarteles en el escudo provincial de Palencia

Seguir recorrido por el Palacio Provincial y pasando casi de puntillas, llegar a imaginar el lugar en el que se situaba la chimenea que verticalmente cruzaba el antiguo edificio antes de incendiarse y en el que Gaspar Arroyo, bombero e hijo del arquitecto que lo construyó, Jerónimo Arroyo, murió al intentar salvar un retrato de su padre.

Y mientras escuchamos historias de épocas pasadas, de batallas de héroes y heroínas, sorprendernos de nuevo gratamente al recordar el privilegio de las mujeres palentinas al portar una banda dorada sobre su traje regional, en reconocimiento a su valentía defendiendo Palencia de las tropas inglesas allá por el año 1388 y siéndoles otorgado el “Derecho de Tocas” por parte del Rey Juan I de Castilla quedando exentas de hacerle reverencia.

Cómo última del variado haz de peculiaridades ante el que estamos y aun pudiendo extender si cabe mucho más esta lista, baste destacar, el dibujo que Miró plasmó en la constitución de grandes dimensiones que preside la sala donde la Presidenta de la institución recibe a las visitas.

Miró original en la constitución. Diputación de Palencia

Traslademos el viaje hasta otro palacio, el Episcopal en este caso, para destapar el frasco de otras esencias tan singulares y curiosas como las anteriores, las que asoman en el museo de arte sacro.

Franquear sus puertas descubriendo lo que poca gente o nadie lee, percibe ó vé, resaltando las peculiaridades y curiosidades que se conforman al abrigo de colores, texturas y formas, materiales, influencias, dimensiones o procedencias, manifestaciones que podríamos comenzar por los alfarjes de la sala por la que se empieza la vista al palacio, realizados en madera y ensamblados como un gran forjado, madera de nogal en la que también están hechas la mayor parte de las piezas que acoge el museo, siendo posible que también haya otras hechas en roble o cerezo.

Alfarjes de la sala llamada de los "artesonados"

Si de influencias se trata, la mente vagaría por Flandes o Los Países Bajos para imaginar de todas las características flamencas, los nuevos elementos reflejados en cuadros, relieves o dibujos y plasmados como ejemplo en la presencia de escritorios, mesas o libros propios de la apertura eclesial a dicha época.

Pensando en la oleada de tantos detalles y singularidades que se acercan a mi memoria, rescato los que destacan en los personajes de distintos cuadros referidos a San Gregorio y en los que todos tienen el mismo rostro, o las espinas que atraviesan el velo de un Ecce Homo renacentista del siglo XV.

Sin salir del arte pictórico, destacar la influencia oriental en algunos cuadros, reflejada en la forma de las figuras de una mula y un buey ocupando el espacio central junto a sus protagonistas, ó arabesca en las letras que aparecen bordeando los marcos en madera policromada; así como la presencia de animales exóticos o animales asociados al mal mundano representado en este caso en figuras de dragones.


Elefante de tierras exóticas

Continuar transitando salas repletas de elementos artísticos y capturar con nítido recuerdo, un frontal de altar en cuero repujado, o un cantoral giratorio hecho en madera de nogal o roble en el que reposan colosales libros de canto eclesial.

Ese recuerdo repara también en dos piezas espléndidas talladas en piedra caliza, la primera, una pila bautismal única por el lenguaje simbólico de su contenido en su forma y elementos decorativos, y proveniente de un pequeño pueblo palentino a pie de la montaña, Valcobero. Y la segunda y más sorprendente pieza, es un reloj de sol y calendario litúrgico, cuyo destino se debe al monasterio de Benevivere desaparecido en la actualidad y situado cerca del pueblo palentino de Carrión de los Condes. Su importancia radica históricamente en su carácter excepcional y los datos que aporta en relación a diferentes conocimientos, señalando horas solares de los 12 meses, solsticios y equinoccios y horas del día. Esta pieza era a su vez lápida fundacional del monasterio y contiene además en ambos círculos una inscripción en letra tardo – romántica.


Reloj solar y Calendario litúrgico. Monasterio Benevívere

A todo esto, lleno de anécdotas, curiosidades, peculiaridades y detalles en los que apenas se repara, destapados en obras de arte admiradas, en historias imaginadas con sólo oírlas o edificios contemplados, a todo esto pues… acerquémonos, volvamos; Volvamos a curiosear, detallar y a abstraernos de manera singular entre las paredes de estos lugares que refugian tanto arte, volvamos sí … porque aún queda mucho por descubrir.

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